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Año XXIII, Número 42, Julio 2023
Depósito Legal M-34.164-2001
ISSN 1695-6214
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lejos de la península. Mientras muchos de sus compañeros se habían
bregado en la Guerra del Margallo de 1893, o posteriormente en Cuba y
Filipinas, el catalán no salió jamás de la península y no pudo demostrar su
valor en combate.
Maciá llevaba destinado en Lérida algo más de un año, cuando el 31
de enero de 1897 falleció Agapito Lamarca. Con la pérdida de su padre
político, que en ese año constituía su enlace con la Ciudad Condal como
representante legítimo, el militar se convertía en hacendado, heredando la
finca de Vallmanya en Alcarrás (Lérida), teniendo a su disposición, desde
aquel momento, más de 3000 hectáreas y una generosa casa de campo. El
comandante había conseguido progresar a la sombra del capital económico
proporcionado por la herencia de su esposa, lo que le permitía dedicarse a
una de sus mayores aficiones, la caza.
Los hechos del CU-CUT.
En febrero de 1904, el comandante Maciá fue ascendido al empleo de
teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, a pesar de obtener su
segunda estrella de ocho puntas su vida no se vio alterada en absoluto, ya
que permaneció en la misma guarnición y en el mismo puesto. La vida de
Maciá se alternaba entre su trabajo rutinario de gabinete en la Comandancia
de Ingenieros y sus fines de semana de ocio en Vallmanya, mientras veía
crecer a sus tres hijos.
En 1905 iba a tener lugar un suceso que marcaría, no solo la vida del
recién ascendido teniente coronel, sino la de todo el país. La revista satírica el
Cu-Cut, que, junto al diario La Veu de Catalunya, constituía la prensa de la
Lliga, publicaba de forma asidua caricaturas en las que ridiculizaba al Ejército
y la Marina.
Historia Digital, XXIII, 42, (2023). ISSN 1695-6214 © J. Rivera, 2023 P á g i n a | 135