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Año XXIII, Número 41, enero 2023
           Depósito Legal M-34.164-2001

                 ISSN 1695-6214
                                                              Historia Digital colabora con la Fundación ARTHIS



                           De  hecho,  no  se  debe  olvidar  que  en  Utopía  se  desprecia  el  dinero,
                    cuyo  oro,  plata,  diamantes  y  joyas  son  utilizadas  para  los  más  mundanos

                    usos (platos, ropas de niños, etc) y para entregarlos a otros países en casos

                    de  guerra  (contratación  de  mercenarios)  y  caridad  con  los  pobres  ajenos
                    (dado  que  allí  no  existen).  Esto  no  es  asunto  menor,  por  dos  razones.  En

                    primer  lugar,  por  la  conciencia  del  humanista  de  que  la  guerra,  por  muy
                    “pacífico” que se desee ser incluso en la sociedad perfecta, puede ocurrir. Y,

                    por otro, la contradicción entre la crítica a los mercenarios hecha en el primer
                    libro, y su uso racional en el segundo. Algo que muestra la dualidad entre la

                    perfección deseada de la paz y la realidad coetánea de la guerra.

                           En cuanto a los controles migratorios y de natalidad, si bien en el siglo

                    XVI  no  era  algo  usual  preocuparse  por  ello,  ya  desde  los  lejanos  imperios

                    egipcios  se  hacía,  y  más  recientemente  en  polis  griegas  destacadas  como
                    Esparta o Corinto. Por otro lado, la importancia del saneamiento de personas

                    y alimentos, que ante problemas tienen en cada ciudad (a las afueras) cuatro
                    inmensos lugares para su cuidado (Moro, 2016: 143). No hay duda de que,

                    más allá del raciocinio intelectual de salud, o de la moral cristiana de ayudar a
                    los enfermos, está en la memoria la epidemia de peste que había asolado a

                    toda  Europa  apenas  dos  siglos  antes,  agravada  en  su  día  por  el

                    amontonamiento de cadáveres y la falta de lugares de atención concreta.

                           Si bien ya desde hacía siglos, e incluso milenios, existían lugares para

                    atención de enfermos en templos o casas como los de Sobek (Kom Ombo,
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                    Egipto)  o Asclepios (Epidauro, Grecia); fue esta idea de Moro el precedente
                    de  los actuales hospitales,  a través de los  hospicios creados por Vasco de
                    Quiroga en América, siguiendo su obra (Alberto Campos, 2017).


                           Algo  parecido  ocurre  con  la  distribución  calculada  del  trabajo  y  el
                    propio matrimonio, que si bien tiene sus bases sí pueden ser susceptibles de



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                    Famoso lugar por sus pinturas donde se representan numerosos utensilios quirúrgicos.




                              Historia Digital, XXIII, 41, (2023). ISSN 1695-6214 © J- Guerrero, 2023                   P á g i n a  | 121
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